viernes, 22 de mayo de 2009

El honor perdido de Katharina Blum. Heinrich Böll.

"Un miembro destacado de la comisión del carnaval, comerciante en vinos y espumosos, que podía vanagloriarse de haber resucitado el buen humor, se mostró aliviado porque los crímenes no llegaron a conocerse antes del lunes el uno y antes del miércoles el otro.
- Esto sucede al principio de los días alegres, y ¡adiós ambiente y adiós negocio! Si se descubre que se abusa de los disfraces para cometer crímenes, nadie tiene ganas de celebrar el carnaval. ¡Un auténtico sacrilegio! El alborozo y la alegría necesitan basarse en la confiaza."

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