domingo, 10 de mayo de 2009

De qué hablamos cuando hablamos de amor. Raymond Carver

"EL SEÑOR CAFÉ Y EL SEÑOR ARREGLOS

He visto ciertas cosas. Fui a casa de mi madre a que­darme unas cuantas noches. Pero en cuanto llegué a lo alto de las escaleras, miré y la vi en el sofá besando a un hombre. Era verano. La puerta estaba abierta. La te­levisión, encendida. Esa es una de las cosas que he visto.

Mi madre tiene sesenta y cinco años. Es socia de un club de «solteros». Aun así, era duro. Me quedé con la mano en el pasamanos mirando cómo el hombre la besa­ba. Ella le besaba a su vez; y la televisión, funcionando.

Las cosas han mejorado. Pero en aquellos días, cuando a mi madre le dio por retozar, yo me encontraba en paro. Mis hijos estaban locos, mi mujer estaba loca. Tam­bién ella se había puesto a retozar. El tipo que disfru­taba de ella era un ingeniero aeronáutico sin trabajo que había conocido en los AA(1). El también estaba loco.

Se llamaba Ross y tenía seis hijos. Cojeaba a causa de un tiro que le había dado su primera esposa.

No sé en qué pensábamos en aquella época.

La segunda esposa del tipo no le había durado gran cosa, pero fue la primera la que le pegó el tiro por no pasarle la pensión. A Ross ahora le deseo lo mejor. Ross. ¡Vaya nombre! Pero entonces era diferente. En aquellos días llegué a hablar de armas de fuego. Le decía a mi mujer: «Creo que voy a hacerme con una Smith and Wesson.» Pero nunca lo hice.

(1) AA: Alcohólicos Anónimos (N. del T.)"

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