viernes, 22 de mayo de 2009

El honor perdido de Katharina Blum. Heinrich Böll.

"Un miembro destacado de la comisión del carnaval, comerciante en vinos y espumosos, que podía vanagloriarse de haber resucitado el buen humor, se mostró aliviado porque los crímenes no llegaron a conocerse antes del lunes el uno y antes del miércoles el otro.
- Esto sucede al principio de los días alegres, y ¡adiós ambiente y adiós negocio! Si se descubre que se abusa de los disfraces para cometer crímenes, nadie tiene ganas de celebrar el carnaval. ¡Un auténtico sacrilegio! El alborozo y la alegría necesitan basarse en la confiaza."

miércoles, 20 de mayo de 2009

Firmin. Sam Savage

"A few days after saying he was going to do something, Shine put up a big handwritten sign in the front window.

FREE BOOKS
ALL YOU CAN CARRY IN 5 MINUTES

So this was what he called doing something. Giving away all the books like this was an act of such generosity and bespoke such exquisite despair that I almost fell in love with him again. Free books, like after the revolution. I wished Jerry were there to see it. The sing had an immediate effect - it's amazing the way freebies can get people moving - and the next five days were chaos. After the Globe ran a story on it, so many people showed up for their five-minute raid on the bookstore that policemen on horseback had to be called in to control the crowd, which at one point stretched all the way down Cornhill and around the comer. They came outfitted with paper bags, knap­sacks, cardboard boxes, even suitcases, and they loaded up. Some people got carried away and took things they really didn't want, and in the evening after closing time the street was strewn with cast-off books. Shine went out with a paper bag and picked them all up, and the ones that weren't too damaged he put back on the shelves, ready for the next day' s stampede, and the rest he threw away. It was exciting at first, and then it was sad. It was sad to walk around the shop at night, a place where I had spent my whole life, my home really, and see all those empty shelves. "

domingo, 10 de mayo de 2009

De qué hablamos cuando hablamos de amor. Raymond Carver

"EL SEÑOR CAFÉ Y EL SEÑOR ARREGLOS

He visto ciertas cosas. Fui a casa de mi madre a que­darme unas cuantas noches. Pero en cuanto llegué a lo alto de las escaleras, miré y la vi en el sofá besando a un hombre. Era verano. La puerta estaba abierta. La te­levisión, encendida. Esa es una de las cosas que he visto.

Mi madre tiene sesenta y cinco años. Es socia de un club de «solteros». Aun así, era duro. Me quedé con la mano en el pasamanos mirando cómo el hombre la besa­ba. Ella le besaba a su vez; y la televisión, funcionando.

Las cosas han mejorado. Pero en aquellos días, cuando a mi madre le dio por retozar, yo me encontraba en paro. Mis hijos estaban locos, mi mujer estaba loca. Tam­bién ella se había puesto a retozar. El tipo que disfru­taba de ella era un ingeniero aeronáutico sin trabajo que había conocido en los AA(1). El también estaba loco.

Se llamaba Ross y tenía seis hijos. Cojeaba a causa de un tiro que le había dado su primera esposa.

No sé en qué pensábamos en aquella época.

La segunda esposa del tipo no le había durado gran cosa, pero fue la primera la que le pegó el tiro por no pasarle la pensión. A Ross ahora le deseo lo mejor. Ross. ¡Vaya nombre! Pero entonces era diferente. En aquellos días llegué a hablar de armas de fuego. Le decía a mi mujer: «Creo que voy a hacerme con una Smith and Wesson.» Pero nunca lo hice.

(1) AA: Alcohólicos Anónimos (N. del T.)"

viernes, 8 de mayo de 2009

El poema de Tobías desangelado. Antonio Gala

"Vedado

Tras los infructuosos gestos del amor,
-verde, azul rosa, blanco- ya amanece.
Cómplice la ciudad, abajo,
tendida como un eco irreflexivo,
su opalescente concha y su mar bostezante
exhibe con un dedo en los labios.

Todo continúa
como antes de mirarnos a los ojos.
Nuestros renovados balbuceos,
la torpe afirmación
de un cuerpo en otro cuerpo,
el sinuoso camino del espasmo
carnal, no mudaron el mundo...
Sobre la mesa, la compasiva medicina,
la pantalla que suavizó la luz, la quemadura
de un olvidado cigarrillo,
y restos del combate impaciente.

Al otro lado del balcón
-verde, oro, plata, malva- ha amanecido.
Encima de la cama, desnudo como un sueño,
a la par derrotado y victorioso,
aún me reta tu cuerpo.
Nada ha cambiado. «Buenos días.»"

domingo, 3 de mayo de 2009

Wilt. Tom Sharpe.

" -¿Es eso todo, hija mía? -murmuró, cuando al fin Eva agotó su repertorio.
-Sí, padre -dijo Eva, quejumbrosamente.
-Gracias a Dios -dijo el reverendo St. John Froude ferviente­mente, y se preguntó qué hacer a continuación.
Si eran ciertas la mitad de las cosas que acababa de oír, estaba en presencia de una pecadora tan depravada que ante ella hasta el ex-archidiácono de Ongar resultaba un santo. Por otra parte, había incongruencias en los pecados que había confesado que le hacían vacilar a la hora de dar la absolución. Una confesión llena de falsedades no era indicio de verdadero arrepentimiento.
-Me ha dicho usted que está casada -dijo, dubitativo-, y que Henry es su marido legal.
-Sí -dijo Eva-. Pobre Henry.
Pobre tipo, sí, pensó el vicario, pero tenía demasiado tacto para decirlo en voz alta.
-¿Y le ha dejado usted?
-Sí.
-¿Por otro hombre?
Eva negó, con un gesto.
-Para darle una lección -dijo, con súbita belicosidad.
-¿Una lección? -dijo el vicario, intentando frenéticamente imaginar qué clase de lección había podido aprender el desdi­chado señor Wilt con la ausencia de su esposa-. ¿Dice usted una lección?
-Sí -dijo Eva-. Quería que supiese que no podría arreglárselas sin mí.
El reverendo St. John Froude bebió un trago, pensativo. Aun creyendo que fuese cierto sólo un cuarto de lo que había confe­sado, a su marido debía de resultarle verdaderamente delicioso arreglárselas sin ella."