lunes, 31 de agosto de 2009

Los detectives salvajes. Roberto Bolaño

"... Belano y Lima no eran revolucionarios. No eran escri­tores. A veces escribían poesía, pero tampoco creo que fueran poetas. Eran vendedores de droga. Básicamente marihuana aunque también ofrecían un stock de hongos en potes de cristal, en potecitos originariamente empleados para comidas infanti­les, y aunque a primera vista daba asco, un zurullo de caca in­fantil flotando en un líquido amniótico en el interior de un en­vase de cristal, al final nos acostumbramos a los jodidos hongos y eso era lo que más les pedíamos, hongos de Oaxaca, hongos de Tamaulipas, hongos de la Huasteca veracruzana o potosina o de donde demonios fueran. Hongos para consumir en nuestras fiestas o en petit comité. ¿Quiénes éramos nosotros? Pintores como yo, arquitectos como el pobre Quim Font (de hecho fue éste quien nos los presentó, sin sospechar, al menos eso prefiero suponer, la relación que no tardaríamos en establecer). Porque los chavitos estos eran en el fondo unos linces para los negocios. Cuando los conocí (en casa del pobre Quim) hablamos de poesía y de pintura. Quiero decir: de la poesía y de la pintura mexicana (¿existen otras?). Pero al poco rato ya estábamos ha­blando de drogas. Y de las drogas pasamos a hablar de nego­cios. Y al cabo de unos minutos ya me habían sacado al jardín y bajo la sombra de un chopo ya me hacían probar la marihuana que llevaban. Superior, sí señor, como hacía mucho que no había tastado. Y así me convertí en su cliente. Y de paso, les hice publicidad gratis con varios amigos pintores y arquitectos, y ellos también se convirtieron en clientes de Lima y Belano. "

viernes, 21 de agosto de 2009

Tres tristes tigres. Guillermo Cabrera Infante

"-Hay también el invento de las ciudades rodantes. En vez de viajar uno hacia ellas, son ellas las que vienen al viajero. Va uno a la Terminal...
-¿Uno? ¿Y si van dos?
-Es lo mismo. Habrá igualdad. Las estaciones vienen para todos. Se paran esos dos, pues, como un solo hombre en el andén. ¿Cuándo viene Matanzas? le pregunta a un inspector. Matanzas debe llegar de un momento a otro, si cumple el itinerario. Detrás se oye otra voz. ¿Cuándo llega Camagüey? Bueno, Camagüey trae algún retraso. Hay un aviso por los altavoces. ¡Atención viajeros a Pinar del Río! Por el andén número tres está llegando Pinar del Río. ¡Atención! Los viajeros a Pinar del Río se aprestan, cogen su equipaje y saltan del andén a la ciudad, que sigue su camino.
Nada nada nada.
-Hay otros inventos pequeños, más modestos.
-Pobres pero honrados.
-Como las máquinas que ruedan sin gasolina, por gravedad. No hay más que construir las calles cuesta aba­jo. La Shell descubrirá que su perla es de cultivo.
Nada de nada."

miércoles, 19 de agosto de 2009

A Study in Scarlet. Sir Arthur Conan Doyle

"Its invisibility, and the mystery which was attached to it, made this organization doubly terrible. It appeared to be omniscient and omnipotent, and yet was neither seen nor heard. The man who held out against the Church vanished away, and none knew whither he had gone or what had befallen him. His wife and his children awaited him at home, but no father ever returned to tell them how he had fared at the hands of his secret judges. A rash word or a hasty act was followed by annihilation, and yet none knew what the nature might be of this terrible power which was suspended over them. No wonder that men went about in fear and trembling, and that even in the heart of the wilderness they dared not whisper the doubts which oppressed them.
At first this vague and terrible power was exercised only upon the recalcitrants who, having embraced the Mormon faith, wished afterwards to pervert or to abandon it. Soon, however, it took a wider range. The supply of adult women was running short, and polygamy without a female population on which to draw was a barren doctrine indeed. Strange rumours began to be bandied about -- rumours of murdered immigrants and rifled camps in regions where Indians had never been seen. Fresh women appeared in the harems of the Elders -- women who pined and wept, and bore upon their faces the traces of an unextinguishable horror."

viernes, 7 de agosto de 2009

Cuentos para soñar. María Teresa León

"Aquello fue todo lo que pudo oir el Pájaro Azul. Nos balanceó un momento, sacudió sus alas y plaf, Pulgarcito y Nenasol caímos abrazados sobre un camión cargado de verduras que estaba parado en la calle.
Las coles y las lechugas habían detenido el golpe. Pulgarcito, que conoce el lenguaje de las plantas y de los bichos, una vez pasado el susto les preguntó:
- ¿A dónde vais, señora col?
- Al mercado, Pulgarcito-, contestó abriendo muy oronda sus hojas.
- Y eso ¿qué es?- volvió a preguntar.
- Un sitio, añadió la lechuga muy peripuesta y rizada, donde nos ponen para que los ricos nos compren.
Yo me estaba riendo mucho de Pulgarcito y de las verduras, cuando salió un caracol, que meneando los cuernos dijo:
- Qué presumida eres; con tal de que te vean, no te importa que te coman luego; pareces una mujer.
Yo me sentí ofendida; con el tiempo también mis falditas rojas crecerían un poco y sería como mamá y tendría niños a los que contaría cuentos y les haría ir a la escuela para que aprendiesen a leer.
- Estás equivocado, caracol; las niñas también son humildes y buenas.
No me entendió: volvió sus ojos largos hacia mí, y yo, enfadada del todo, aproveché una parada del camión para tirarme, llevándome detrás a Pulgarcito."

miércoles, 5 de agosto de 2009

La maravillosa vida breve de Óscar Wao. Junot Díaz

"En cierto modo, la vida en Santo Domingo durante el trujillato se parecía mucho al famoso episodio de La dimensión desconocida que a Óscar tanto le gustaba, en que un chamaco blanquito mons­truoso, dotado de energías divinas, gobierna una ciudad aislada por entero del resto del mundo, una ciudad llamada Peaksville. El chamaco blanquito es cruel e impredecible y toda la gente de la «comunidad» vive aterrorizada, denunciándose o traicionándo­se unos a otros por cualquier razón con tal de no ser mutilados o, más siniestramente, enviados a los maizales. (Después de cada atrocidad -ya sea ponerle tres cabezas a un topo, desterrar al mai­zal a un amigo que ya no le interesa o hacer que la nieve caiga en los últimos cultivos- el pueblo horrorizado de Peaksville siempre tiene que decir: Estuvo bien lo que hiciste, Anthony, estuvo bien.

Entre 1930 (cuando El Cuatrero Fracasado tomó el poder) y 1961 (el año en que lo acribillaron) Santo Domingo era el Peaks­ville del Caribe, con Trujillo en el papel de Anthony y nosotros en el del hombre al que transforma en un Jack-in-the-Box. La com­paración tal vez les haga voltear los ojos pero, amigos, sería difí­cil exagerar el poder que ejercía Trujillo sobre el pueblo dominica­no y la sombra de miedo que cubría la región."