"... Para ser quien imagino que soy o aquel en quien quisiera convertirme tengo que huir y tengo que esconderme. Me escondo en mi habitación del último piso y en la caseta del retrete o en el cobijo de las sábanas, donde disfruto de mis dos placeres más secretos, mis dos vicios solitarios, el onanismo y la lectura. Los dos me dejan igual de enajenado, y muchas veces se alimentan entre sí. En el canto de algunos de mis libros hay una línea más oscura que indica el pasaje por donde los he abierto con más frecuencia, el que me ha deparado el punto exacto de estimulación. Escenas eróticas casi nunca explícitas, con un pormenor o dos que las vuelven irresistibles, y que me llevan infaliblemente a la crecida del deseo, a su control cuidadoso, a la prolongación de un éxtasis que parece siempre el anticipo de una dulce ebriedad y se disuelve enseguida en disgusto y vergüenza."
viernes, 5 de junio de 2009
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