domingo, 29 de marzo de 2009

Bartleby, el escribiente. Herman Melville.

"En fin, mi primer negocio, el de gestor de traspasos de bienes inmuebles, buscador de títulos de propiedad y redactor de documen­tos oscuros de todo tipo, se vio incrementado considerablemente al aceptar la oficina del Secretario del Tribunal de la Equidad. Ahora sí que había mucho trabajo para los escribientes. No se trataba solo de exigirles más a los empleados que ya estaban conmigo, sino que debía conseguir ayuda adicional. En respuesta a mi anuncio, una mañana apareció un joven apacible ante las puertas de la oficina, que al ser verano estaban abiertas. Todavía puedo ver aquella figura, pálidamente pulcra, lastimosa­mente respetable, incorregiblemente desolada. ¡Ese era Bartleby!"

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