"En cierto modo, la vida en Santo Domingo durante el trujillato se parecía mucho al famoso episodio de La dimensión desconocida que a Óscar tanto le gustaba, en que un chamaco blanquito monstruoso, dotado de energías divinas, gobierna una ciudad aislada por entero del resto del mundo, una ciudad llamada Peaksville. El chamaco blanquito es cruel e impredecible y toda la gente de la «comunidad» vive aterrorizada, denunciándose o traicionándose unos a otros por cualquier razón con tal de no ser mutilados o, más siniestramente, enviados a los maizales. (Después de cada atrocidad -ya sea ponerle tres cabezas a un topo, desterrar al maizal a un amigo que ya no le interesa o hacer que la nieve caiga en los últimos cultivos- el pueblo horrorizado de Peaksville siempre tiene que decir: Estuvo bien lo que hiciste, Anthony, estuvo bien.
Entre 1930 (cuando El Cuatrero Fracasado tomó el poder) y 1961 (el año en que lo acribillaron) Santo Domingo era el Peaksville del Caribe, con Trujillo en el papel de Anthony y nosotros en el del hombre al que transforma en un Jack-in-the-Box. La comparación tal vez les haga voltear los ojos pero, amigos, sería difícil exagerar el poder que ejercía Trujillo sobre el pueblo dominicano y la sombra de miedo que cubría la región."
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