"Tía Habiba decía que cualquiera podía conseguir que le creciesen alas. Era simple cuestión de concentración. No tenían que ser necesariamente alas visibles como las de las aves; las invisibles eran igual de buenas, y cuanto antes empezara una a concentrarse en el vuelo, mejor. Pero cuando le rogué que fuera más explícita, se impacientó y me advirtió que algunas cosas no podían enseñarse.
-Es simple cuestión de mantenerse alerta y captar la seda crepitante del sueño alado- me dijo. Pero me indicó también que había dos requisitos previos para conseguir alas-: El primero es sentirse cercada, y el segundo creer que puedes romper el cerco. - Tras un breve silencio embarazoso, tía Habiba añadió otro dato, sin dejar de juguetear con su tocado, lo cual era indicio de que iba a echarme en cara alguna verdad desagradable-. Y hay un tercer requisito en lo que a tí se refiere, cariño, y es que dejes de bombardear a la gente con preguntas ¡Escuchar con los labios sellados, los ojos bien abiertos y los oídos atentos puede aportar más magia a tu vida que tanto merodear en la terraza espiando a Venus y atisbando a la luna llena!"
-Es simple cuestión de mantenerse alerta y captar la seda crepitante del sueño alado- me dijo. Pero me indicó también que había dos requisitos previos para conseguir alas-: El primero es sentirse cercada, y el segundo creer que puedes romper el cerco. - Tras un breve silencio embarazoso, tía Habiba añadió otro dato, sin dejar de juguetear con su tocado, lo cual era indicio de que iba a echarme en cara alguna verdad desagradable-. Y hay un tercer requisito en lo que a tí se refiere, cariño, y es que dejes de bombardear a la gente con preguntas ¡Escuchar con los labios sellados, los ojos bien abiertos y los oídos atentos puede aportar más magia a tu vida que tanto merodear en la terraza espiando a Venus y atisbando a la luna llena!"
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