miércoles, 14 de octubre de 2009

Viajes por el Scriptorum. Paul Auster

"El anciano está sentado al borde de la estrecha cama, las manos apoyadas en las rodillas, la cabe­za gacha, mirando al suelo. No sabe que hay una cámara instalada en el techo, justo encima de él. El obturador se acciona silenciosamente cada se­gundo, realizando ochenta y seis mil cuatrocientas instantáneas con cada rotación de la tierra. Aun­que supiera que lo están vigilando, le daría lo mis­mo. Está como ausente, perdido entre los fantas­mas que pueblan su imaginación mientras busca una respuesta a la pregunta que lo atormenta.
¿Quién es? ¿Qué está haciendo ahí? ¿Cuán­do ha llegado y cuánto tiempo se quedará aún? Con suerte, el tiempo nos lo dirá todo. De mo­mento, nuestro único cometido consiste en estu­diar las fotos con el mayor detenimiento posible y abstenemos de extraer cualquier conclusión prematura."

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