"Pero el viaje era una continua delicia; el errante camino ascendía y descendía, aproximándose cada vez más a los contrafuertes de las montañas; los tonos rosados del sol de la mañana, que se extendían sobre las nieves lejanas; los cactos ramificados que se alineaban en hileras sobre los flancos pedregosos de las colinas; el susurro del agua en millares de acequias; el charloteo de los monos; los solemnes cedros de la India cuyas ramas inferiores se inclinan hasta el suelo; la perspectiva de la llanura, que iba quedando a su espalda cada vez más baja; el chirrido incesante de los tonga1 y la impetuosa aparición de sus caballos delanteros al dar la vuelta a una curva; los descansos para hacer oración (Mahbub era muy religioso y no escatimaba ni las abluciones en seco ni las oraciones, cuando tenía tiempo por delante); las discusiones por la tarde acerca del sitio donde acampar, mientras los caballos y los bueyes rumiaban juntos solemnemente, y los conductores, impasibles, referían las novedades de la carretera..., todas estas cosas hacían que el corazón de Kim saltara de gozo dentro de su pecho."1 Carruaje ligero de dos ruedas usado en Birmania
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