miércoles, 26 de noviembre de 2008

El maestro y Margarita. Mijaíl Bulgákov.


"Esta vez intervino también el gato:
- Yo sí que parezco una alucinación. Fíjese en mi perfil a la luz de la luna.
El gato se metió en el reguero de la luna y quiso añadir algo más, pero le pidieron que se callara. Entonces dijo:
- Bueno, bueno, me callaré. Seré una alucinación silenciosa - y no dijo nada más.
- Dígame, ¿por qué Margarita le llama maestro? - preguntó Voland.
El maestro sonrió:
- Es una debilidad disculpable. Tiene una opinión demasiado buena de la novela que he escrito.
- ¿De qué trata su novela?
- Es sobre Poncio Pilatos.
Las lengüetas de las velas se tambalearon, bailaron, saltó la vajilla de la mesa: la risa de Voland sonó como un trueno, pero no asustó ni sorprendió a nadie con ella.
Popota rompió a aplaudir.
- ¿Cómo? ¿Sobre qué? ¿Sobre quién?- dijo Voland, dejando de reír-. ¡Es fantástico! Déjeme verla - Voland extendió la mano con la palma vuelta hacia arriba.
- Desgraciadamente, no puedo hacerlo - contestó el maestro-, porque la quemé en la chimenea."

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