
lunes, 13 de septiembre de 2010
La caverna. José Saramago

viernes, 3 de septiembre de 2010
Conversación en La Catedral. Mario Vargas Llosa

martes, 31 de agosto de 2010
El Garden Party y otros cuentos. Katherine Mansfield

Los ojos amarillos de los cocodrilos. Katherine Pancol

El día del juicio. Salvatore Satta

jueves, 5 de agosto de 2010
El primer día. Marc Levy

sábado, 31 de julio de 2010
El corazón de las tinieblas. Joseph Conrad

jueves, 29 de julio de 2010
El hombre que fue Jueves. Gilbert Keith Chesterton

Corrección. Thomas Bernhard

viernes, 9 de julio de 2010
Las intermitencias de la muerte. José Saramago

miércoles, 7 de julio de 2010
martes, 6 de julio de 2010
Tristano muere. Antonio Tabucchi

viernes, 2 de julio de 2010
El loro de Flaubert. Julian Barnes

jueves, 24 de junio de 2010
Quien parpadea teme a la muerte. Knud Romer

La noche de los tiempos. Antonio Muñoz Molina

2666. Roberto Bolaño

domingo, 9 de mayo de 2010
Tristana. Benito Pérez Galdós.

miércoles, 5 de mayo de 2010
El animal piadoso. Luis Mateo Díez

El marco contenía el ojo más vacío: unos cristales sucios que podían perfectamente adivinarse tras la persiana rota y caída hacia un lado.
La ventana correspondía a la alcoba matrimonial. El cuerpo de Beda Covado apareció tendido en la cama, entre las sábanas sangrientas, con la cabeza inclinada sobre el hombro izquierdo, como si el peso y el susto de la muerte no le hubiesen permitido otro gesto que el de ese leve vencimiento.
Su esposo Melandro estaba en una de las habitaciones traseras, también en la cama, tendido a través de ella, los ojos abiertos y atónitos en lo que la muerte pudiera depositar de sorpresa en el sueño, un horror sobre el que Abacio de Lama, el Forense, comentó que podía provenir precisamente de él, del propio sueño asesinado, ya que no era la primera vez que examinaba el cadáver de alguien a quien hubieran matado dormido."
viernes, 30 de abril de 2010
La madre. Máximo Gorki

A su alrededor aparecían y desaparecían alegres rostros, ojos de diferentes colores; delante de todos iban su hijo y Andréi. Oía sus voces; la de Andréi, velada y suave, se fundía en un solo sonido con la del hijo, pastosa y recia
¡Levántate, arriba, pueblo trabajador!
¡En pie, a la lucha, la gente sin pan!
Y la gente corría al encuentro de la enseña roja, gritaba, se fundía con la multitud, marchaba con ella de vuelta, y los gritos se apagaban entre los sonidos de la canción; aquella canción que cantaban en casa en voz más baja que otras, fluía en la calle sin trémolos, recta, con una fuerza terrible. En ella resonaba un valor férreo, llamaba a los hombres a seguir una larga senda hacia el futuro, advirtiéndoles lealmente de las penalidades del camino.
En su llama, grande y serena, se fundía la negra escoria de lo sobrevivido, la pesada bola de los sentimientos habituales, y se quemaba, convirtiéndose en cenizas, el maldito temor a lo nuevo... "
En su llama, grande y serena, se fundía la negra escoria de lo sobrevivido, la pesada bola de los sentimientos habituales, y se quemaba, convirtiéndose en cenizas, el maldito temor a lo nuevo... "
¿Cómo nacen los objetos? Apuntes para una metodología proyectual. Bruno Munari

El lujo es la manifestación de la riqueza incivil que quiere impresionar a quien se ha quedado pobre. Es la manifestación de la importancia que se le da a todo lo exterior y revela la falta de interés por todo lo que es elevación cultural. Es el triunfo de la apariencia sobre la sustancia.
El lujo es una necesidad para mucha gente que quiere tener una sensación de dominio sobre los demás. Pero los demás si son personas civiles saben que el lujo es ficción, si son ignorantes admirarán y tal vez hasta envidien a quien vive en el lujo. Pero ¿a quién le interesa la admiración de los ignorantes? Quizás a los estúpidos.
De hecho el lujo es una manifestación de estupidez.
Por ejemplo: ¿para qué sirven los grifos de oro? Si por esos grifos de oro sale un agua contaminada ¿no sería más inteligente, por el mismo precio, instalar un depurador de agua y tener unos grifos normales?
El lujo es pues la utilización impropia de materiales costosos sin mejorar sus funciones. Por tanto, es una estupidez. "
Petirrojo. Jo Nesbo

Tombuctú. Paul Auster

lunes, 5 de abril de 2010
El tambor de hojalata. Günter Grass.

domingo, 28 de febrero de 2010
El cartero de Neruda. Antonio Skármeta.

miércoles, 24 de febrero de 2010
El museo de la inocencia. Orhan Pamuk.

sábado, 30 de enero de 2010
Aventuras de una peseta. Julio Camba.

-No. Muchas gracias. Prefiero irme por ahí a ver chicas o a oír a los oradores de Hyde Park.
Pero observé que el inglés me miraba con cierta repugnancia. Era la repugnancia instintiva de Inglaterra hacia el hombre que no bebe. Los ingleses desprecian al hombre que no bebe, porque la sobriedad les parece un estado inmoral. El hombre sobrio, en efecto, es un hombre propicio a todas las tentaciones. Las mujeres le atraen. La política le interesa. El hombre sobrio piensa y siente normalmente, y esto es contrario a la moral británica.
El alcohol, en cambio, desarrolla un sinfín de virtudes: la castidad, la docilidad, la imbecilidad... Bajo su influencia semidivina, los hombres pueden conservarse puros hasta pasados los ochenta años. ¿Cómo no va a ser Inglaterra el pueblo que consume más alcohol si es el más virtuoso de todos? ¿O cómo no va a ser el pueblo más virtuoso si es el pueblo que consume más alcohol?
Con el alcohol se anula el sexo y se anula la inteligencia, las dos cosas por donde más se puede pecar. Y, ya libre de tentaciones, uno comienza a interesarse por las ratas, y se hace vegetariano; o por los avestruces, y se hace de la Liga contra el uso de plumas en los sombreros de señora. Cada bebedor de gin o de whisky es, como si dijéramos, un San Francisco de Asís en potencia."
lunes, 25 de enero de 2010
Un cuento chino para María. Mónica de la Parte.

"LA LEYENDA
Cuando un bebé nace, unos hilos rojos invisibles salen de su espíritu y conectan con todas las personas importantes que entrarán en su vida. A medida que el bebé crece, los hilos se van acortando, acercando cada vez más a aquellas personas que están destinadas a reunirse a pesar del tiempo, del lugar o de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse pero nunca romperse.
Este es el hilo que nos une a ti. Un hilo de fe y esperanza."
Cuando un bebé nace, unos hilos rojos invisibles salen de su espíritu y conectan con todas las personas importantes que entrarán en su vida. A medida que el bebé crece, los hilos se van acortando, acercando cada vez más a aquellas personas que están destinadas a reunirse a pesar del tiempo, del lugar o de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse pero nunca romperse.
Este es el hilo que nos une a ti. Un hilo de fe y esperanza."
La piel del zorro. Herta Müller.

Cuando le probaron el vestido, la madre de Adina dijo a la modista: los árboles cuelgan hacia abajo, ¿no te das cuenta de que has puesto la tela al revés? La modista aún hubiera podido enderezar la tela, que sólo estaba hilvanada con hilo blanco. Tenía dos alfileres en la boca, por delante y por detrás es importante, dijo, y que la cremallera esté a la izquierda, cuando miro desde aquí, lo de abajo está arriba. E inclinó la cabeza hasta el suelo, así lo ven las gallinas, dijo.
Y los enanos, dijo Adina. Su madre miraba el patio interior por la ventana."
martes, 19 de enero de 2010
Cabeza de perro. Morten Ramslad.

-Había que elegir entre morir y perder la vida -se limita a decir.
Acaba de ver una señal de tráfico calle abajo que le ha parecido un alemán con un rifle. La abuela sacude la cabeza, resignada, y cambia de tema. El abuelo anda con bastón y ha engordado bastante. No como cuando volvió de Buchenwald a casa, pasando por Neuengamme, en los autobuses blancos de la Cruz Roja y no era más que un esqueleto. Me imagino al abuelo como una fina línea con una enorme cabeza redonda, sentado en la parte de atrás del autobús.
- ¿Qué mas ocurrió, abuelo? -pregunta Stinne.
Pero prefiere hablar de todas las veces que, de niño, estuvo en el puerto de Bergen para recibir a su padre cuando el Katarina arribaba después de pasar meses en el mar. El reencuentro siempre lo llenaba de miedo y alegría por igual, ya que, tras la cena de bienvenida, su madre leía en voz alta la libreta negra donde estaban apuntadas con esmerada caligrafía todas las pillerías de Askild. Entonces su padre sacaba el cinto del armario para que recibiera los azotes acumulados durante todo ese tiempo."
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